Con una actitud arrolladora, energía que deslumbra y un gran ímpetu de liderazgo, Karen, de 14 años, muestra que entre carreteras atruchadas, pies descalzos y carencia de oportunidades aún hay espacio para las sonrisas de esperanza, la diversión y el aprendizaje.
Como otros niños y jóvenes de Altos de Cazucá, a sus 9 años se inscribió para tomar cursos en la ludoteca de la Corporación Humanitaria Tierra Viva por recomendación de su tía. Era una niña tímida, reservada y de mirada cabizbaja, pues sufría una depresión que consumía sus ánimos y le desencadenaba mal carácter.
Las actividades lúdicas, los talleres de arte y el apoyo incondicional de las profesoras en “la Corpo” Tierra viva, así como el seguimiento constante del psicólogo de la ludoteca, ayudaron a Karen a superar su situación emocional: aprendió a enfrentar sus temores y los problemas de su entorno, y pudo sanar, mejorar y ayudar a su familia y amigos, convirtiéndose en luz de esperanza.
Por ello, la ludoteca se ha convertido en su segundo hogar, donde encuentra un refugio a las tribulaciones que se presentan en su entorno. Un lugar donde recibe respaldo en momentos difíciles.
Actualmente, Karen cursa octavo grado en el colegio Bravo Páez donde, además de ser la representante estudiantil de octavo grado, ocupa uno de los primeros puestos en rendimiento académico. Según ella, el apoyo en tareas que ha recibido en “la Corpo”, las actividades pedagógicas y el acceso a internet gratuito para hacer sus trabajos del colegio han sido definitivos para llegar a ocupar este lugar.
Hoy en día es una jovencita mucho más segura de sí misma, más alegre y siempre dispuesta a participar en las actividades de “la Corpo”, que disfruta liderar las iniciativas con los más pequeños. Para el grupo de trabajo de Tierra Viva, la historia de Karen es motivo de admiración y motivación. Como dicen ellos y ellas, “su crecimiento personal, académico y social es muestra clara de que existe esperanza bajo tanta tormenta en la que viven nuestros jóvenes y niños en Altos de Cazucá. Y de que el amor y la empatía pueden lograr resultados salvadores”.
Redacción: Ivan García / Edición: Astrid Villegas